Entrevistas
Educación travesti en las hendijas del sistema: Entrevista al FinES Cösmiko Shirley La Bombón
estamos en catacumbas
y desde allí olemos
conspiramos
tejemos
y nos reproducimos
hasta estallar en inteligencia
y parir los agujeros que abran la tierra y que nos deje
liberada
el alma
estamos detalladamente haciendo
la poesía
de los nuevos tiempos
Susy Shock, “Catacumbas”
El jueves 30 de septiembre de 2021 nos acercamos a Cösmiko Galería Club para realizar una entrevista a las personas que hacen y habitan el FinEs Shirley La Bombón.
Cösmiko es un espacio cultural y político de la ciudad de La Plata que reúne a las disidencias sexogenéricas y que viene construyendo su activismo desde hace once años. Actualmente, funciona en la esquina de las calles 10 y 71 y, siempre con el arte como vertebrador del encuentro, abre sus puertas y corta la calle para dar lugar, además de al FinEs,1 a eventos culturales, talleres, fiestas, exposiciones y carnavales protagonizados por maricas, travestis, lesbianxs, personas trans, no binarixs y cualquier persona en fuga del sistema cisheteronormado.2
Cuando llegamos, estaba finalizando un taller extracurricular de peluquería. Corte Salvaje (peluquería que cohabita el espacio físico de Cösmiko con el FinEs) y, también, algunas estudiantes que ya conocen el oficio eran quienes lo coordinaban. Fue el primero de un ciclo de talleres abiertos a la comunidad que el FinEs comenzó a ofrecer este año. Al finalizar el taller, nos acomodamos alrededor de una mesa las tres entrevistadoras, lxs estudiantes y lxs profesorxs. El silencio se apoderó repentinamente de esa casa que, generalmente, está habitada por música, risas, voces fuertes, ruidos de secador de pelo y gente que entra y sale constantemente para las distintas actividades que allí se realizan. El silencio cargado de expectativas nos emocionó.
En 2019, un grupo de amigxs-activistas decidió emprender el proyecto del FinEs. Lxs unía una larga trayectoria de activismo disidente y experiencias vividas. En la actualidad, este cuenta con una primera cohorte de estudiantes, que se encuentra cursando su segundo año. Esta experiencia es la primera de estas características en la ciudad de La Plata y, por la velocidad con la que consiguieron llenar el cupo de sus estudiantes desde el inicio, da cuenta de un vacío que era necesario y urgente llenar.
Según el informe “La revolución de las mariposas. A diez años de la gesta del nombre propio”, realizado por el Ministerio de Defensa de la Ciudad de Buenos Aires y el Bachillerato Mocha Celis,
la escolaridad de mujeres trans y travestis en todos los niveles tuvo avances en los últimos diez años. El porcentaje de quienes contaban en 2005 con el nivel secundario completo era del 20,8% y pasó al 24,3% en 2016. Asimismo, el porcentaje de quienes están implicadas en los niveles terciario y universitario, aunque incompleto, pasó del 8,7% al 10,1%, y el porcentaje del nivel universitario completo, del 4,6% al 5,9% (2017, p. 85).
Los avances en materia de leyes, la visibilidad de las problemáticas de la comunidad travesti-trans por los años de lucha acumulada y el surgimiento de espacios como el que ocupa esta entrevista, abonaron a mejorar los índices de la comunidad en relación con la educación, a diferencia de ámbitos como la vivienda y el trabajo, en los que aún, según el informe, no se perciben grandes transformaciones.
Desde el principio, esta entrevista buscó visibilizar el proceso de constitución del FinEs, su funcionamiento, la proyección hacia el futuro, los obstáculos que han surgido y surgen en el camino y el impacto que tiene en la vida de sus estudiantes, desde el punto de vista de lxs diferentes actorxs que lo constituyen. Sin embargo, en el diálogo fuimos descubriendo cómo la construcción de un espacio educativo disidente nace de la profunda necesidad de sanar las experiencias de exclusión de espacios tradicionales, no sólo en cuanto a trayectorias educativas, sino en todos los planos de la vida de una persona travesti o trans. Nos encontramos con una experiencia educativa del afecto, anclada en lo colectivo, lo militante y lo territorial.
Las personas que participaron en esta entrevista fueron lxs estudiantes de 2do año: Jessica Sanchez Infantes, Sofía Miranda Larrosa, Gabi Maldonado y Lean Romero; y lxs integrantes del equipo de profesorxs y referentxs3 del FinEs Lariza Hatrick, Luciana Carrera, Aldana Marinozzi, Rover Bergamo.
¿Cuándo y cómo surgió el FinEs?
Sofía: A fines del 2019, comenzó a organizarse un espacio educativo que nos permitiera continuar nuestros estudios y que generara expansión para nuestra posibilidad de trabajo el día de mañana. Se hizo pensando en nuestro género: chicas y chicos trans y disidentes. Se abrió para nosotras, para que no seamos estigmatizadas en la vida y en la sociedad como trabajadoras sexuales o traficantes,4 para que la gente vea que tenemos interés en tener una educación digna, y para que, las que quieran, luego puedan seguir una carrera universitaria. Nosotras tenemos voluntad de estudiar, seamos pocas o muchas. Para eso está pensado este FinEs, nombrado en homenaje a una chica trans, nuestra señora Shirley Bombón.
Lean: El FinEs funciona en Cösmiko Galería Club, una galería de arte y club de amigues de la ciudad de La Plata, que ya cumplió 11 años. Con algunas nos conocimos en la época en la que se estaba organizando la primera Primavera Lésbica.5 Con los años empezamos a hacer cosas en conjunto. Una vez, en un evento, una chica que era docente de un FinEs nos dijo “¿por qué acá no se abre un FinEs también?”, entonces empezamos a gestar la idea. Así surgió, en una fiesta, en la felicidad de un encuentro.
Lariza: Hace algunos años, durante el gobierno de Mauricio Macri, algunas docentes de Provincia [de Buenos Aires] empezamos a ir a las marchas a favor de la educación con carteles que decían “Lesbiana en Lucha”, “Trans en Lucha”, “Puto en Lucha” con el objetivo de visibilizarnos. Éramos seis. Al principio, pensamos que sería bueno participar dentro del gremio de SUTEBA (Sindicato Unificado de Trabajadores de la Educación de Buenos Aires), por ejemplo, haciendo una comisión disidente, pero sin que la conducción del gremio intervenga. Esa idea era muy difícil de llevar a cabo, pero sirvió para consolidar el grupo.
Somos amigxs y, además, somos profesorxs, por eso se pudo llevar a cabo el proyecto. En el camino se fue sumando más gente, siempre respetando el criterio inicial de que todxs lxs docentes fuésemos trans, travestis, lesbianas, bisexuales y putos, visibles, desde una perspectiva disidente y, mejor aún, si nos conocíamos de la calle. Esto pudo ser posible porque el FinEs fue aprobado como proyecto especial. Es decir que podemos, entre nosotrxs, elegir el plantel docente.
Aldana: Todas somos docentes, pero nos conocemos de espacios de militancia disidente. Cuando decidimos crear el FinEs, teníamos dos días para llenar el cupo, lo que implicaba conseguir entre 30 y 50 estudiantes, ya que, para que se pueda abrir una sede, tiene que haber una determinada cantidad de inscriptxs. Lo publicamos en las redes y, en menos de dos días, completamos el cupo.
Además del armado del plantel docente, que el FinEs fuese Proyecto Especial para nosotras fue muy importante en relación con los contenidos, porque si lxs docentes llegaban por acto público iba a ser más complejo acordar que el contenido también estuviese anclado en la cultura disidente.
¿Qué implica que los contenidos estén anclados en la cultura disidente?
Aldana: En realidad, no solamente el contenido nos hace pensar la realidad que habitamos, sino que, desde la modalidad como escuela hay puntos que tenemos que rever, acuerdos que tenemos que hacer constantemente. Empezamos en plena pandemia, cuando la escuela no estaba siendo presencial y fue un desafío. Tuvimos que tener reuniones para organizarnos. Armar una escuela disidente, en la que la mayoría de lxs que vienen son travestis, era imposible de hacer virtualmente.
Lariza: Al principio proyectábamos que fuese un espacio de aprendizaje de oficios, pero no pudo ser así. Ahora estamos buscando avanzar en ese sentido, queremos hacer talleres extracurriculares que puedan sumar más herramientas.
Rover: También, un espacio de oficios permite darle importancia a la autogestión, que es algo que se milita y se enseña, como herramienta para que la gente pueda hacer cosas más allá de lo que piensa que puede hacer. Queremos brindar elementos para hacerlo posible.
Luciana: En ese sentido, la escuela termina entrelazándose con Cösmiko y con las cosas que se hacen acá, como muestras de arte, el taller de peluquería de hoy que coordinó Corte Salvaje, el taller de fanzine y collage.
Sofía: Todo se realiza con mucho ingenio. Por eso también es divertido venir, porque te divertís con tus compañerxs.
¿Qué materias tienen?
Jessica, Sofía, Gabi y Lean: Biología, en primer año, Física, Ciencias Políticas, Historia, Matemática, Economía, Inglés. Las que rendimos el año pasado también tuvimos Psicología, Sociología, Lengua y Literatura. Este año, además, tenemos Ciencias Políticas, que la está dando una docente trans, Thatiana.
Luciana: Las materias están encuadradas en las que propone el Plan FinEs para la orientación de Ciencias Sociales. Son cuatrimestrales y no se repiten por año.
¿Cómo se financia el FinEs?
Lariza: La única fuente de ingresos para el FinEs son los salarios docentes. El análisis que hacemos al respecto, según esta experiencia, es que el Estado brinda algo muy precario: el sueldo docente cuatrimestral, es decir, por cuatro meses, mientras lx profe está en funciones. Cuando termina su trabajo no tiene vacaciones. Es casi como un contrato. Pero esta modalidad es la hendija que encontramos para llevar adelante nuestro proyecto. Los cargos de referentes no cobran sueldo, es militancia. Para el resto, usamos el espacio de Cösmiko y Corte Salvaje, quienes pagan el alquiler de esta casa. Nosotras no pagamos alquiler acá. Lo vivimos desde el activismo. Ellxs ceden el espacio porque están comprometidxs. Usamos su papel higiénico, el agua, la luz, la yerba, las instalaciones, el wifi. Es básicamente un proyecto activista de la disidencia y para la disidencia.
Nos gustaría conocer los perfiles de lxs estudiantes: ¿Cuáles son sus edades y sus procedencias? ¿Están estudiando en la escuela secundaria por primera vez o tuvieron trayectorias educativas previas?
Jessica: Soy inmigrante y, por primera vez, estoy haciendo el colegio secundario. Soy de Perú, hace 15 años que vivo en Argentina. Tengo 30 años.
Sofía: Yo tengo 29 años. Me crie en La Plata, pero nací en Santiago del Estero. Hace 21 años que vivo acá. Hice varias veces primero y segundo año en otros FinEs. Pero este año dije “no, basta, a recibirse”.
Lean: Yo que soy uno de los fundadores estoy aprovechando para cursar y terminar el secundario acá también. Dejé la secundaria en los últimos años, no era un lugar para mí.
Gabi: Lo hizo para cursar ella [risas]. Yo soy Gabi, soy alumna y tengo 43 años. Soy de La Plata. Había estudiado hasta tercer año y después abandoné, cuando me empezaba a producir, a ser Drag. Dejé porque se habían enterado mi nombre chicos del colegio que ni conocía. Salía al recreo y escuchaba “Betty, Betty” y ahí me agarró pánico y dejé de estudiar. Ahora, que es con amigues, me reintegré.
Jessica: En cuanto a la cantidad de personas que asisten cotidianamente, depende de los tiempos. Ahora venimos miércoles y jueves. Algunxs pueden los miércoles y no pueden los jueves. Otrxs al revés, por la cuestión laboral. Hay días que tenemos que trabajar y no podemos asistir porque, lastimosamente, no tenemos un sueldo o una ayuda del Estado para afrontar los gastos diarios o un alquiler.
Sofía: Algunas tenemos una pequeña ayuda del gobierno, pero, con eso únicamente, no nos alcanza para sobrevivir. Sobre todo, actualmente, que las cosas, los insumos y la vivienda están caros. Nuestra herramienta de trabajo es nuestro cuerpo, por lo que hay días en los que se puede trabajar y días que no. Si bien no es una excusa para faltar, si nos toca trabajar porque hace dos días que no venimos trabajando, y justo ese día había clases, faltamos. Tenemos cuentas que pagar. De todas formas, entregamos la tarea y somos constantes.
Y lxs profesores, ¿cuántxs son?
Lariza: Son alrededor de cinco por cuatrimestre frente a clase. En algunas materias hay parejas pedagógicas, porque nos interesa poder trabajar de ese modo, más colectivamente. Por supuesto que eso implica que lxs profes se reparten ese sueldo. Algunxs nos ocupamos todo el año de cuestiones más administrativas. Nos juntamos una vez por semana para organizarnos. Tratamos, por ejemplo, la cuestión burocrática de los títulos, que es bastante compleja. Todavía no lo tenemos del todo resuelto, pero estamos pensando estrategias para algunos casos de chicas que tienen los títulos primarios en otros países. En esas reuniones, vamos organizándonos y evaluando cómo conseguirlos. Además, nos reunimos con las estudiantes, si lo necesitan, para charlar y saber qué les está pasando. Y trabajamos las cuestiones que surjan. Por ejemplo, ayer una de las estudiantes cayó presa, algo que nunca nos había pasado. Entonces, en esos casos, tenemos que saber qué hacer, cómo abordar esas situaciones. Por eso es necesario encontrarnos periódicamente.
Luciana: También, hay casos de chicas que se anotaron pero no vienen, ya sea por la pandemia, porque tienen hijxs a cargo, o porque han sido tan maltratadas en el sistema que no se imaginan cómo es venir y nunca llegaron. Así que armamos una cuadrilla de profes que las va a buscar, las llamamos y les insistimos. Entendemos que es difícil tomar la decisión y arrancar la escuela de vuelta.
Sofía: Es una decisión de vida. Hoy en día teniendo un título secundario podés trabajar. Te marca comprometerte.
Jessica: En general, comprometerse no depende únicamente de una. Por ejemplo, en mi caso, si fuera de lunes a viernes intentaría venir, pero no estaría dentro de mis posibilidades. No podría porque todo horario es horario de trabajo. La voluntad de venir siempre la tenemos.
Lariza: No es la voluntad sino las condiciones las que permiten, o no, la continuidad.
Luciana: Que el FinEs esté destinado a este colectivo tiene que ver con atender sus particularidades. Quizás, en general, las personas cisheterosexuales no tienen este tipo de trabajos, estos horarios laborales y pueden asistir a una escuela con menos flexibilidad horaria. Tener en cuenta la población a la que está dirigida el FinEs implica saber que a veces no va a venir ninguna, a veces van a venir dos y a veces van a venir un montón. La escuela tiene que tener en cuenta esa realidad y que sea la escuela la que se acerque a las alumnas, no que las alumnas tengan que llegar a la escuela.
¿Conocen algunas otras experiencias como la de ustedes?
Lean: En julio pasado fuimos al primer Encuentro Federal de Educación Travesti-Trans organizado por el Bachillerato Mocha Celis.6 Ahí había 18 escuelas de todo el país. Algunas no eran pensadas para disidencias, sino que eran abiertas y tenían bastante asistencia de chicas trans. El Encuentro fue a través de Zoom, lo que dificultó un poco el intercambio, pero fue la primera vez que nos presentamos al mundo y que conectamos con otras experiencias parecidas.
Además de espacios educativos, ¿tienen redes con otro tipo de organizaciones, incluyendo estatales?
Lean: Particularmente con espacios culturales o coordinadoras de espacios culturales, a través de Cösmiko como Centro Cultural, no desde el FinEs en sí mismo. Conseguimos que se declare como de interés municipal este FinEs gracias a esas redes. Conseguimos alimentos y preservativos para poder repartir.7
Lariza: En general, nos invitan de muchos lados, pero el año pasado definimos primero fortalecernos más internamente, ya que recién estamos comenzando, para después empezar a coordinar.
Por otro lado, tenemos redes que se arman por trayectorias previas particulares. Por ejemplo, una profe que es abogada está en Furia Travesti. Cada una es activista y trae consigo una trayectoria militante, pero no desde la escuela, todavía.
¿Qué complejidades encuentran para sostener el FinEs?
Lean: Algunas cosas que ya comentamos, por ejemplo, la asistencia. Por otro lado, al principio, cuando había que estar al aire libre, la cuestión de las instalaciones era compleja. No podemos tener un piso ideal o un jardincito. No hay aulas. Y si llueve hay que tener clases adentro, además de que es más complicado llegar. Es pura autogestión y eso trae dificultades.
Lariza: Para mí las dificultades son varias. En principio, las dificultades materiales. Por otro lado, la documentación es algo que nos cuesta, como decíamos anteriormente, el tema de los títulos. También, el hecho de que todo dependa de nuestra voluntad y nuestro tiempo libre tiene sus complejidades. Por ejemplo, llamar a las pibas: nuestra estrategia es mandarles un mensaje particular para que vengan, para reconectar con las que por ahí les cuesta más sostenerlo. Si no lo hacemos en forma constante, ya esa herramienta no funciona. Y todas tenemos nuestros trabajos que tenemos que mantener y conjugar con estas tareas. Pero hace más de un año que abrimos, recién estamos empezando. Ya se van a aceitar esos canales. También, están los miedos de abrir o no abrir otro curso. ¿Va a haber personas que quieran venir a ese otro curso? Ahora estamos en segundo, si llega a venir una piba que quiere empezar y todavía no tiene primero, ¿qué hacemos, le decimos que no? Todas esas dificultades surgen. Algunas no tienen la primaria, entonces ¿qué hacemos, abrimos un FinEs Uno, para hacer la primaria?
¿Cómo afecta la pandemia a lxs profes y a lxs estudiantes para sostener esta escuela?
Sofía: A mi criterio, no me afectó mucho la pandemia, en el sentido de poder venir a estudiar. Nos afectó, sí por el tema monetario, pero ¿a quién no? No fue un mal para algunas de nosotras, fue para todxs. La escuela me vino bien para distraerme y salir un poco de mi casa. Quería salir para venir a la escuela.
Gabi: Estuvo bueno que, de repente, con la escuela, durante la pandemia había algo para hacer que estaba bueno. No fue algo negativo.
Jessica: A todas, de muchas formas, nos afectó la pandemia. Estamos acostumbradas a algo más social. El Zoom no es lo mismo, creo.
Aldana: El encuentro convocaba, no solamente los contenidos. Un poco los contenidos y un poco conocernos. El año pasado empezamos a compartir tiempo todas las semanas. Se armó una red afectiva. Fuimos a la marcha del orgullo, llevamos la bandera del FinEs. Incluso el armado de talleres y otro tipo de encuentros que están fuera de la estructura curricular del FinEs, también nos convocan y generan un lazo comunitario que construimos todo el tiempo. Hay un plus.
Sofía: Más allá de lo que aprendemos en las materias, también generamos un vínculo afectivo con lxs profes y eso nos permite contar con un poco más de ayuda.
¿Tienen, tuvieron o están pensando tener algún vínculo con la Educación Superior o la facultad?
Varixs a la vez: Aquí no ha habido.
Cuando formulamos esta pregunta y la siguiente, el momento de silencio que se generó fue elocuente. Se cruzaron miradas y, luego de una pausa, tomó la palabra Luciana, una profesora que da clases en una universidad. Pero la falta de respuesta, de parte de lxs estudiantes, nos da la pauta de la ausencia de vínculo que hay entre la población trans-travesti y el ámbito académico/universitario. Según el informe La Revolución de las Mariposas. A diez años de La Gesta del Nombre Propio,
Al analizar el nivel de educación alcanzado entre las mujeres trans y travestis y la edad en que asumieron socialmente su identidad de género, es notable cómo esa asunción sigue interviniendo en el ejercicio del derecho a la educación. En efecto, quienes asumieron su identidad de género a los 13 años o antes tienen un nivel de estudios inferior a la secundaria completa en un 69,6%. Sucede algo similar con quienes asumieron su identidad de género entre los 14 y los 18 años. Aquellas que manifestaron su identidad de género a los 19 años o más han alcanzado el nivel secundario completo o más en un 74,2% (2017: 88).
Lohana Berkins dijo: “Cuando una travesti entra a la Universidad Pública, le cambia la vida a esa travesti; cuando muchas travestis entren a la Universidad, le cambiará la vida a la Sociedad".8 Tenemos que seguir trabajando con ese propósito.
En base a su experiencia como profesorxs o estudiantes, ¿qué debates podrían darse en la universidad para que sea más accesible?
Luciana: En particular, de la Facultad de Humanidades de donde soy egresada, donde se forman docentes, tendría que tener una fuerte impronta la ESI: llevarla a la universidad y que, desde la formación, se visibilice que el mundo no es solo heterosexual y no solo está la experiencia heterosexual plasmada en el mundo, en la cultura y en las producciones de conocimiento. No sé en los profesorados que se dictan en el nivel terciario, porque no estoy ahí, pero la formación docente, a veces, en la universidad, piensa en un mundo blanco heterosexual, de clase media. Incluso en muchas de ellas hay barrios pobres en los alrededores y esa gente no accede a la institución. Creo que la universidad tiene que plantearse un poco lxs docentes que forma y cómo articula para que las personas puedan llegar a la universidad, incluso las que están enfrente y no llegan.
Lariza: Para mí hay un tema, también, en cuanto a lo que duran las carreras, los contenidos. No solo para las travestis, sino también para un montón de otra gente. Mis alumnos de la secundaria no van a llegar a la facultad, a una carrera de idealmente cinco años, que se hace en diez. Hay personas que no pueden llegar.
¿Nos quieren contar algo más de Shirley? ¿Por qué decidieron ponerle su nombre al FinEs?
Sofía: La conocemos de la calle, ella trabajaba en Plaza Matheu. Era muy colaboradora, compañera, también, respetada y querida. Fue una excelente persona. Una señora trans. Era extranjera y convivió con muchas chicas de distintas nacionalidades y fue una referencia para nosotras, para el colectivo trans. Por eso, le pusimos su nombre a la escuela, como homenaje hacia ella porque ayudaba a las chicas, siempre se preocupó y era militante.
Jessica: Shirley era una persona muy grande, que tenía las cosas claras.
Luciana: Falleció en el 2018 y realmente era una Señora Travesti. Había llegado a una edad que la convertía en una señora. Era muy querida. Nunca escuché de otra chica que tuviera un problema con ella. Además, era budista y tenía una relación particular con el conflicto, era muy sabia. Cuando nació el FinEs, surgió ponerle el nombre en su memoria.
El semestre pasado, en el Encuentro de la Escuela Mocha Celis, se decía que era importante nombrar las Escuelas Trans, Travestis y Disidentes con nombres de compañeras que ya no están porque hace a la construcción de la memoria Trans, Travesti y Disidente.
Lariza: Nosotras la conocimos a partir de La Facu, una amiga. Ella, un día, fue a la infectóloga y se encontró con una travesti que estaba con prisión domiciliaria y se había quedado sin la casa en donde estaba. Si no encontraba otro lugar donde ir tenía que volver al Penal. Entonces, la Facu, que apenas la había visto alguna vez, la invitó a su casa. Era Shirley. Así que la conocimos presa, con domiciliaria, en la casa de la Facu donde vivían otras personas más. Como ella tenía que estar todo el tiempo encerrada, y nosotras íbamos mucho, empezamos a tener un vínculo re lindo. Pasamos año nuevo, Navidad.
Tiempo después, a partir del DNU que iba a sacar Macri9 para extraditarlas10 (ella era peruana), empezamos a pensar soluciones para que se quedara. Finalmente, con La Hormiga, otra compañera travesti con la que se amaban, decidieron casarse. Vivimos toda esa experiencia con ella. Éramos su familia, porque ella no tenía familia acá. Al tiempo se enfermó y empezó a entrar y salir de internaciones, hasta que falleció. Particularmente, para mí, y para muchas de nosotras, fue la primera muerte cercana que vivimos. Pero, no solo cercana, sino que, además, no era un familiar más grande, para nosotras era una par y, por primera vez, tuvimos que hacernos cargo de los trámites burocráticos, y de una serie de situaciones en la organización del velorio. Fue una experiencia que me marcó mucho, en relación con vivir un proceso adulto-disidente. Por ejemplo, la casa velatoria no quería abrir el cajón o acomodarla porque tenía “el Virus” (HIV), como si fuera un virus volátil en el aire. Nos terminamos peleando con el camillero y acomodándola nosotras, hasta abrimos la bolsa negra nosotras mismas. La vestimos y la maquillamos. Toda esa vivencia nos hizo pensar y sentir un montón de cosas que a las personas cisheterosexuales no les pasa: nunca van a tener que acomodar a un muerto querido, de esa manera, bajo esas circunstancias. Y a nosotras nos pasó. Eso nos mostró otra faceta de las relaciones en la disidencia, y qué es ser disidente. Nos hizo sentir el abandono del resto del mundo.
Luciana: En la cochería, a cualquier otra persona que no hubiera sido travesti o que no hubiera muerto por HIV la habrían preparado.
Sofía: Incluso muerta, a una marica la discriminaban, en vez de honrar su memoria o respetar a un muerto querido por otra persona.
Jessica: En mi país (Perú) es así, cuando una travesti muere, los peritos y los encargados de cargarla, haya sido asesinato o sea una muerte natural, no lo hacen. Por ser travesti, suponen que tienes un virus que, solo con estar cerca, te traspasa.
Lariza: Esa vivencia nos llevó, también, a armar la escuela. Son experiencias que nadie se las imagina.
Sofía: Las sentís en carne viva.
Aldana: Incluso, antes de que muera Shirley, su enfermedad nos llevó a organizarnos colectivamente para llevarla al médico, para llevarle la Prestobarba al hospital, por ejemplo. Generó un movimiento entre nosotras, porque no había una familia que se hiciera cargo. Ninguna podía decir que no, había que hacerlo. En ese sentido, nos hizo madurar. Nos llevó a resolver cosas con la red afectiva que construimos. Fue un golpe de realidad.
Luciana: Nosotras pertenecemos a las disidencias, pero las que tenemos una imagen que la sociedad identifica con la identidad mujer, no vivimos maltrato en un hospital o exclusión en el ámbito de la salud. Con la muerte de Shirley vimos esa discriminación a las compañeras trans, travestis, por ejemplo, al llamarlas en público por el nombre del documento.11 Esa discriminación se traslada al ámbito educativo. El objetivo de esta escuela es crear un lugar amoroso y de confianza para que aquellas personas que han estado en situaciones educativas de discriminación o que no han llegado a la escuela porque han tenido que salir a la calle muy tempranamente porque nadie les da trabajo,12 tengan un lugar de acogimiento. También las materias están pensadas desde esas experiencias y desde esa cultura. Por ejemplo, las cosas que leen están relacionadas con la disidencia, no es que venís a leer el Martín Fierro.
Sofía: Sirve para aprender un poco de una misma también, conocernos lo suficiente como para elegir la vida que una quiera seguir. Nos permite dar un paso más adelante, para decir “acá estoy yo, me recibí, acá tengo mi título secundario o universitario”. Es romper una barrera con una misma. Por eso está bueno para nosotras este emprendimiento que nos facilita el acceso al estudio.
Agradecemos profundamente a la comunidad de Côsmiko Galería Club y, particularmente, a todxs lxs integrantes del FinEs Shirley La Bombón, por abrirnos sus puertas con afecto y contarnos sus experiencias. Esperamos contribuir con esta entrevista a la difusión de su labor y a que el proyecto siga creciendo y afianzándose.
Referencias
Bachillerato popular Travesti-Trans Mocha Celis. (s. f.). Quiénes somos. http://www.bachilleratomochacelis.edu.ar/#about
CELS Migrantes (05 de marzo de 2021). Final de una norma que nunca debió existir. Recuperado de https://www.cels.org.ar/web/2021/03/final-de-una-norma-que-nunca-debio-existir/
Ministerio Público de la Defensa de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (2017). La revolución de las mariposas. A diez años de La gesta del nombre propio. Buenos Aires. Recuperado de https://www.mpdefensa.gob.ar/biblioteca/pdf/la_revolucion_de_las_mariposas.pdf
Red LACTRANS (2014). Informe sobre el acceso a los derechos económicos, culturales y sociales de la población trans en Latinoamérica y el Caribe. Recuperado de http://redlactrans.org.ar/site/wp-content/uploads/2015/03/Informe%20DESC%20trans.pdf
UNDAV Oficial (21 de noviembre de 2014). Un Grito Inclusivo Frente al Silencio Pedagógico. [Archivo de Vídeo]. YouTube. https://www.youtube.com/watch?v=pBbsTr1go_c
Notas
Respecto a este tema, en el informe realizado por la Defensoría, citado anteriormente, se descubre que, en Argentina, “El acceso a la salud por parte de las personas trans fue largamente coartado por el maltrato y la discriminación originada en la falta de información de las instituciones y efectores de salud sobre las personas trans. Llamadas por el nombre asignado al nacer y no el sentido como propio, obligadas a ser internadas en pabellones que contrariaban la identidad/expresión de género autopercibida, entre otros, constituían todos actos vejatorios que las alejaban del efectivo ejercicio del derecho a la salud” (2017. p. 70). En torno a las modificaciones en la atención luego de la sanción de la ley de Identidad de Género, el informe repone que “el 61,5% consideró que el trato por parte del cuerpo médico, los/as enfermeros/as y los/as administrativos/as mejoró con posterioridad a la sanción de la Ley de Identidad de Género. Un 32,5% consideró que el trato sigue igual y solo el 3,6% dijo que empeoró” (2017, p. 72).
Recepción: 01 Octubre 2021
Aprobación: 23 Noviembre 2021
Publicación: 01 Septiembre 2022